Naturalmente, el cartel
¡Es! Efectivamente, la película de la que todo el mundo, y
por todo el mundo me refiero a un escueto grupo de gente con la suficiente
clase cerebral como para saber admirar este tipo de obras bizarras, habla,
comenta, rumorea y cuchichea. Lleva estrenada un tiempo, pero como no hay que
forzar la maquinaria, no he subido la crítica hasta ahora. Pero vaya crítica.
Comencemos por donde se debe. Los nazis, antes de ser
derrotados en la Segunda Guerra Mundial, se montan en un cobete y se marchan a
la Luna, a vivir mágicas aventuras. Allí forman un mundo de fantasía aria, pura
raza, ese cuerpo, potencia germánica y un nuevo y esplendoroso Reich. Como debe
de ser.
Ellos viven felices en su totalitario mundo, hasta que
llegan unos astronautas terráqueos, a los que confunden con espías, entonces
los nazis dicen: “me caaaaaaaguen…” y comienzan a pasar cosas. Porque de eso
van las películas en general, en todas ellas suelen pasar cosas, y Iron Sky no
se queda atrás. Pasa una cosa detrás de otra, llegando a rozar la locura del
pasamiento, no sé si saben ustedes lo que quiero decir, y llega incluso un
momento que pasan tantas cosas, que ni siquiera ha pasado nada.
Y eso es lo bonito de esta película que nos hechiza por el
erotismo ario nazi-lunar.
Tiene los clásicos elementos del género
bizarro-humorísticos-nazisdestructivo-contintesindependientes. Hay humor, amor
nazi-espacial, odio nazi-espacial, intrigas nazi-espaciales, negros, albinos…vaya,
un sublime fantasía. Además, a pesar de estar hecha supuestamente con cuatro
duros, tiene unos efectos especiales que ya los quisiera muchas veces The
Asylum, aunque en realidad, ya quisiera The Asylum muchas cosas.
En fin, esta película es sensacional, ya solo por el hecho
de mencionar nazis en la luna, debería ser vista, pero es que los guionistas
además se esforzaron por darle cordura y sentido a todo ese envarado de varas
que envaran la envaradura de esta película, porque desde el principio hasta el
final, en el que estuvieron francamente brillantes, nos brindan mágicos
momentos de estupidez consentida y brillantez aria.
Muy recomendable.
Veredicto: notable con tintes carismáticos (estupenda para
verla en el tren, como la vi yo, o para verla como le salga a uno de los mismísimos)
Fdo: Vincenzo Lametto
Imagen real de la Luna, que propició la creación de este film
Trailer