Cartel de la película, con efecto viejuno
Animado por el espíritu hostiesco de Street Fighter, y con
nostalgia de Van Damme, le eché valor a sumergirme en los oscuros y tardíos
años 80. Y este es el resultado:
Van Damme hace de Franck Dux, un duro militar que en sus
días de permiso decide irse al culo del mundo a participar en el Kumite, un ultrasecreto
campamento de verano en el que los chiquillos lo que hacen es pegarse leches todo el día. Es tan y tan secreto, que todo el mundo sabe dónde y cuándo
se celebra, cosa que dice poco de la discreción de la organización, pero ellos
verán… La cosa es Paco (Franck) es una especie de semi-dios dentro del ejército, y sus
superiores no quieren que vaya a pelear, no sea que se haga una luxación o cualquier
cosa, y los del seguro luego no quieran pagar, porque ya sabemos todos como son
las compañías aseguradoras:
-¿Pero entonces tiene buena cobertura no?
-Sí caballero, por supuesto. Cubre incluso peleas con gente agitando billetes y gritando sin razón aparente.
Pero luego…
Total, que dos
pardos, el clásico viejo que todo lo sabe y su compañero negro al cual el viejo
no hace ni puto caso, son asignados por el gobierno para traerlo de vuelta.
En lo que Paco se acomoda en el hotel y haciendo caso al
consejo de sus padres cuando les dijo que se iba a un combate de full contact,
el muchacho se hizo un amiguete, que precisamente también participaba en el
torneo. Poco después conoce en el mismo hotel a una periodista que por mucho
que diga, es una trepa, que lo único que quiere hacer un publirreportaje para
el País Dominical sobre el Kumite. Como es evidente, hay sexo. Curiosamente en
el mismo hotel se alojan todos los demás luchadores del torneo, lo cual sigue
restando puntos a la organización del mismo… de verdad yo no sé quién le enseñó
a esa panda el significado de la palabra discreción.
Total, que empiezan las somantas de hostias; que si te
quiero matar, que si a mi colega no le toques…en fin, lo típico que pasa en
estos campamentos. Cómo son los chiquillos…
Y al igual que en todo campamento de verano, hay un chico mmmalo. El
chico malo de aquí es un surcoreano con problemas alimenticios, que le llevaron
a desarrollar un extraño cáncer en los brazos que le impedía cuadrarse ante su
progenitor. Como su padre, que casualmente era también su progenitor, era un
hombre de costumbres muy rectas, le mandó a este campamento para que lo
metieran en vereda. Y la cuestión es que el muchacho va entrando, tanto que
deja casi tieso al amigo de Paco, provocando la absurda ira de éste, ya que
están en un torneo de darse mamporros, y casi es raro que sustos como ese no los hubiera todos los días, pero bueno. Y voy a dejar para la
imaginación quién es el ganador del torneo.
Una entretenida película clásica de lucha, que aunque
efectivamente tenga un guion y actuaciones patateras, da lo que promete y
entretiene ricamente, además hoy resulta exótica ya que los 80 tienen un algo
de encanto hechizante que no sabría yo describir.
Lo mejor: la psicodélica música ochentera, que al final de cada
combate se oiga un maullido, que el torneo sea en la desaparecida Kowloon y la partida que echan Paco y su amigo en una máquina recreativa
Lo peor: la analepsis más larga del mundo que hay al principio del film
Veredicto: 6, 5 (un clásico del sábado después de comer)
Fdo: Vincenzo Lametto
Van Damme cuando se enteró de lo que iba a cobrar
Película por partes en Youtube
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