viernes, 8 de febrero de 2013

Demolition Man


Portada royo Cyberpunk chungo

Esta es una de esas películas que, por desgracia, ya no se hacen. Pero tenemos la suerte de que yacen inmortales en el recuerdo de unos años incomprendidos y alocados como fueron los tardíos 80 (o sea, a principios de los 90).

¿Dónde quedaron esas historias originales y desenfadadas? ¿Qué pasó con la violencia gratuita y las caricaturas-personaje que pretendían ser únicamente lo que eran (una mierda, me refiero)? Ahora pretenden vendernos coprolitos de nuevo diseño pero extinta esencia, que ni un recuerdo tienen de la grandeza de estas viejas glorias (salvo livianas excepciones).

 La tristeza le llena a uno el indigno (ah, no, el ano) al ver tales accidentes fílmicos. Pero afortunadamente, estas viejas glorias son recuperadas por los arqueólogos del cine mierda como nosotros (yo y la sombre del mio falo) para vanagloriar (porque no tiene otro nombre) su pasada grandeza.

Y ese es el caso de esta película, un intento de romper los moldes de un futuro que no llegaba a principios de los 90, y que anticipó una de las hipotéticas imágenes futuras que se pretendían de los años venideros, con un resultado anti-apocalíticamente acertado y más que curioso.

La sinopsis de Las Letrinas: en el turbio Los Ángeles noventero, se pone de moda congelar a los criminales criogénicamente para reinsertarlos en un futuro, y durante la criogenización se les implantan ideas en el celebro para que luego sean buenos muchachos. Por causas adversas, el malo malísimo y el bueno buenísimo son congelados a la vez, y el respawn les deja en un futuro donde las leyes casi no son necesarias porque todo el mundo tiene un código de conducta manipulado de tal manera que no se cometen faltas, ni delitos ni nada que de pie a hacer una película de acción, pero claro, el malo maloso (que por cierto es Wesley Snipes…¡rubio!) es despertado… ¡pero con súper-poderes y sin rehabilitación mental! Y te preguntaras, ¿cómo puede ser esto así? Pues ahí está el intríngulis de la película.

La policía no sabe ni cómo actuar ante un criminal, porque en ese futuro idílico ya no hay crímenes, lo que les lleva a tener que despertar al bueno buenoso (Stallone), que comenzará a despotricar frente a una sociedad que no le comprende, y viceversa.

En fin, un argumento para mear y no echar gota oiga, porque es canela en rama de árboles milenarios; gozo extremo si se disfruta en compañía de un buen imbécil a tu lado, o imbeciloide en su defecto, aunque puede también extasiar a los intrépidos cinefálicos solitarios, curtidos en mil batallas fílmico-vomitivas (aunque de verdad, no es tan mala).

Veredicto: 8 (es un descojone de película, jurolo ante los más sagrados)

Fdo: Vincenzo Ladino Lametto


Es... ¡rubio! (por si fuera poco, también sale Sandra Bullock)

Trailer del vhs (las voces ni siquiera son las de la película...desorine puro)