viernes, 7 de junio de 2013

Ciclo Tiburón (Jaws)


No se tradujo en España como "Mandíbulas", ya que nos estábamos reservando ese nombre para "Lake Placid", que saldría solo doce años después


Esta semana ha sido temática de Tiburón, con lectura del libro (¡Oh!, ¿Pero Tiburón era un libro? Sí, así de original es el mundo del cine, todo historias frescas y pensadas por guionistas, claro, claro), y visionado de las nada menos que cuatro películas de la saga. De las cuales la primera es la que se basa en el libro (que como todas las películas basadas en una novela, cambia bastantes cosas). De ésta y de la segunda, no diré apenas nada. Están bien, sobre todo la primera, ya que la segunda es más de lo mismo, pero menos original si cabe.

Pero este es un blog de películas mierder, así que vayamos a lo que nos ocupa: Tiburón 3, y Tiburón, la Venganza (4).

La tercera es la más exótica sin lugar a dudas, se desarrolla en un oceanográfico psicodélico, dirigido por un científico negro millonario. Parece que el dato de que sea negro no tiene relevancia, pero sí la tiene. ¿Dónde se ha visto que un negro dirija un zoo de peces? Válgame Dios.

En fin, sin más dilaciones. Probablemente la palabra que mejor encaje para describir esta película, sean dos: soberana mierda. Pero cuidado, que entretenida es. Es de esas que pretendieron ser absolutamente serias y se quedaron en un chiste. Resumen: entretenida y picueta.

Procedamos ahora con Tiburón, la Venganza.

Ésta ya es un despropósito de todo orden. En la tercera realmente no insinúan nada, pero aquí ya solo con el título lo dejan claro. Venganza. El descendiente ya lejano de un tiburón busca vengar a sus antecesores así, porque en EEUU pasan estas cosas. Delirante.

La película tiene varios clichés deliciosos: señora paranoica, caracterizada por el clásico: ahora estoy cuerda y feliz, ahora me pongo a gritar como una loca porque estoy menopáusica y un tiburón quiere matar a toda mi familia. Otro de los clichés son los alivios cómicos. Cuenta la película nada menos que con dos, el clásico negro chistoso y con rastas, y el clásico pseudo-viejuno, caracterizado por Michael Caine, que le da atractivo al film. Luego habría que añadir lo pésimo de la maqueta del tiburón, diciendo por último, que en esta última entrega, ni siquiera usaron alguna escena de documental, como hicieron en Tiburón 3. Resumen: imprescindible para completar la saga, pero una basura por separado.

Visión global de la saga: invisible (¿qué cojones significa eso?)

Fdo: Vincenzo Lametto


Graciosa caricatura de la primera parte (la mejor desde el punto de vista del cine que no ocupa a este blog)

Uno de los momentos más terroríficos de la primera parte