martes, 25 de octubre de 2011

Mega Shark Versus Giant Octopus

 
Otra espectacular portada que ya invita a ir a por patatas y cerveza al chino


Simplemente, soberbia.
Esta película, no es solo una película sin más, si no que es el estandarte de toda la compañía The Asylum. Para todo el que no sepa de qué hablo, le recomiendo el video que hay al final de esta entrada. Creedme que o vomitáis en medio del salón, u os empieza a picar el culo con verla.
Este peliculón nos habla de dos pobres animales prehistóricos que llevan milenios con un asunto entre manos: matarse entre ellos.
La cosa es que estos dos figuras se quedaron atrapados en un glaciar durante la era de hielo, hasta que un día, llega un tío con un caza, tira nosequé movida sónica al mar, rompe el hielo, y nuestros queridos amigos salen (vivos y coleando) del glacial dispuestos a comer submarinos. Todo esto, pasa delante de nuestra querida protagonista, que ese día no tenía nada mejor que hacer, que irse al polo norte a ver como las ballenas se ponen cachondas con música de Mozart. La cosa es que nuestra doctora se va to rallada a california donde queda con su antiguo profe de la universidad para que le ayude a descubrir lo que pasa. A la pandilla se suma un japonés que está investigando el ataque del pulpo a una planta petrolífera en el mar de Japón (la cosa es que los dos bichos salen del polo norte, y a uno le da por irse a Tokyo y al otro a San Francisco). Tras matar a un montón de gente y demostrar que la marina estadounidense no vale ni pa tomar por culo, a nuestros genios (la rubia, el viejuno y el japo) se les ocurre que como se llevan tan mal, pues mejor hacer una quedada y que se hostien ellos solos.
Con este panorama tan trepidante, Mega Shark V.S Gigant Octopus nos ofrece hora y media de  autenticas lecciones sobre el mundo de las ciencias naturales. Entre ellas que pueden comer tanto personas como acorazados de la marina, que son capaces de cambiar de tamaño y que si mezclas agua de colores puedes descubrir feromonas.

Todo un recital de escenas repetidas descaradamente una tras otra, submarinos que parecen supositorios flotantes (uno de los principios básicos de esta compañía), actores tan buenos como el que hace de japonés o nuestro conocido Rey de los Colchones, Lorenzo Lamas, y explicaciones causales que ya las hubiera querido para sí Newton o Einstein.

En resumidas cuentas, todo un clásico del cine casposo que todo aquel que lea este blog no puede perderse.

Nota: 9

Fdo: Carlos Chorizo Picante

  
¿Jocundo verdad? Pues así toda la película



 La escena que te hará ver la peli






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